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martes, 23 de febrero de 2010

HABLANDO DE ESQUIZOFRENIA


El campo de la investigación dentro de la psicología se ha encaminado en la búsqueda de tratamientos eficaces respecto a las psicosis, específicamente la esquizofrenia. Sin embargo, el análisis del lenguaje de los pacientes con esquizofrenia bien podría ser el inicio del camino hacia una metodología de tratamiento.
El enfoque psicodinámico es aquel que se encarga de estudiar la organización del lenguaje dentro de una relación inicial (primaria) en la vida del individuo, ésta es la relación madre-hijo, éste último impotente ante la idea de sobrevivir solo por su cuenta, creando así un primer lenguaje, que se compone por aquellas modulaciones emocionales dadas en circunstancias de tensión, malestar o bienestar, dadas por la con-vivencia y la especificidad de las separaciones y reencuentros entre la madre y el niño.
Ante el juego de significantes que origina un vínculo de total dependencia, se inicia también una cadena de significantes asociados al placer y al dolor, y cuando el niño no encuentra respuesta a estas sensaciones internas se pierde del encuentro con un ser en quien puede confiar plenamente, dando por hecho una ausencia de comunicación especifica en el lenguaje.
Por lo tanto, las expresiones del esquizofrénico están motivadas por la fantasía de reconstruir su mundo, uno donde la vida imaginaria permita absorber las energías y no le permita aprender de la realidad que le rodea.
Su inmovilidad a veces total, su mutismo a veces absoluto, sus sonrisas, sus mecanismos de defensa no adaptados a la situación actual, sus gritos, sus gestos, sus palabras delirantes, estereotipadas, conjuratorias son para ellos manifestaciones de un lenguaje, es decir, una expresión simbólica de sus tensiones internas, provocando así un hábito de ensimismamiento en el cuál el analista no puede entrar.
Esta comunicación impenetrable es una conclusión falsa debido a que el lenguaje del esquizofrénico guarda un sentido en el sin sentido del discurso, y es aquí donde el analista emprende su búsqueda.
Desde el enfoque psicoanalítico los autores coinciden en que la psicosis tiene que ver con los estadíos pre genitales del desarrollo y con los primeros años de vida; aunque divergen en las explicaciones, tanto teóricas como de abordaje practico.
Por otro lado, Freud exponía la idea de que la esquizofrenia es una neurosis narcisista, ya que en esta la libido es retirada de los objetos externos y se dirige hacia el propio ego, dando lugar al estado patológico llamado narcisismo. Es así como Freud dividió la sintomatología de las psicosis esquizofrénicas en tres categorías, donde cada una representa una fase de la regresión. La primera fase se caracteriza por una ruptura con la realidad por retracción de la libido o de catexis. Esta libido que envestía la representación del mundo externo y de los objetos es retirada masivamente de estas representaciones, y como consecuencia el mundo de los objetos deja de parecer real y vivo. En la segunda fase se lleva a cabo la hipercatexis que se caracteriza por la presencia de hipocondría, de ideas de grandeza, pues el enfermo experimenta una preocupación por su cuerpo, el funcionamiento de sus órganos y su imagen. En la tercera fase se da la restitución de la libido a los objetos, proceso conocido como recatexis; aquí se encuentran ideas delirantes de persecución, alucinaciones y otros trastornos del pensamiento.
Los elementos que constituyen los síntomas de regresión en la esquizofrenia se dividen en primarios y secundarios; los primeros se refieren a: fantasía de destrucción del mundo, trastornos del esquema corporal, estrañamiento, despersonalización y desrealización, megalomanía, trastornos formales del pensamiento, hebefrenia, y ciertos síntomas catatónicos. En cuanto a los síntomas secundarios se hayan: fantasía de reconstrucción del mundo, delirios, relaciones objetales y sexualidad restitutivas, reestructuración del lenguaje en base a la lógica del predicado, ciertos síntomas catatónicos, ruptura con la realidad y alucinaciones, éstas últimas se producen luego de la perdida de la aptitud para la prueba de juicio objetivo de la realidad.
En conclusión, los esquizofrénicos, aunque poco hábiles para interpretar las comunicaciones conscientes del terapeuta, son muy perceptivos en cuanto a lo que sucede en su inconsciente, ya que están siempre alerta a las comunicaciones que el terapeuta no tiene conciencia de hacer. Es por ello que para la búsqueda de un tratamiento eficaz es más conveniente orientarnos a través de su lenguaje, donde detrás de las palabras se oculta la realidad fragmentada de su ser. El verdadero sentido del sin sentido de cada palabra.

Diana Ixchel Garcia Zubillaga

4 comentarios:

Psychologist Boy dijo...

Quiere decir que si lograran descubrir cierto patrón en común dentro del lenguaje de cualquier persona con esquizofrenia podrían encontrar un punto de "equilibrio" dentro de esta enfermedad?

Psychologist Boy dijo...

Quiere decir que si lograran encontrar un patrón en común dentro del lenguaje utilizado por una persona con esquizofrenia ¿encontrarían una manera de mantener cierto "equilibrio" para la ayuda del paciente esquizofrénico?

Dialogos de Divan dijo...

Parece que la puesta en escena es sencilla, utilizar el lenguaje como eje bajo el cual el paciente re-signifique, sin embargo, la búsqueda es que forme verdaderas relaciones de objeto. Si el sujeto es atrapado por el lenguaje, como el esquizofrenico por el delirio, que finalmente es un lenguje, es ahi donde va a-puntando la intervencion.

pink "/ dijo...

Cuando nos fijamos en el habla de los esquizofrénicos, denotamos algunas carencias y algunos excesos, pero sobre todo lo que se ve es lo deteriorado del discurso y la dificultad que tienen para comunicarse de una manera coherente para el interlocutor y que este les entienda, se puede hablar pues de un lenguaje disgregado, con graves alteraciones semánticas sobre todo, pero con una sintaxis pobre.

Los esquizofrénicos pueden utilizar el lenguaje de forma adecuada, pero no logran comunicarse bien debido a que no tienen en cuenta a sus interlocutores y las necesidades informativas de éstos. La actuación del esquizofrénico cuando el número de elementos verbales es superior a tres o cuatro, empeora drásticamente. Hay un exceso de monólogos en este tipo de pacientes, esto nos llevaría a señalar que el discurso es pobre, que cuesta un gran esfuerzo por parte del interlocutor-receptor conseguir nexos de unión entre las frases que den consistencia a la conversación, que el número de comentarios espontáneos es mínimo, lo que obliga al receptor a forzar en todo momento la conversación para darle una continuidad que no siempre se consigue, por no hablar de lo complicado que resulta para esta población el cambio de tema a mitad del discurso, representando gran dificultad los métodos tradicionales utilizados con este fin de cambio de tema...

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