
Título original: Ai no corrida, L'Empire des Sens
Director: Nagisa Oshima
País: Japón, Francia
Año: 1976
Reparto: Tatsuya Fuji, Elko Matsud, Aoi Nakajima, Yasuko Matsui, Meika Seri, Kanae Kobyashi, Taiji Tonoyama, Kyoji Kokonae, Naomi Shiraishi
Duración: 100 min.
Guión: Nagisa Oshima
Música: Minoru Miki
Fotografía: Hideo Ito
Género: Drama, Romántico, Erótico
La sexualidad nunca ha tenido límites para negar lo que una vez nos fue contradicho, si bien se encuentra coartada, también es cierto que se manifiesta por patrones de comportamientos inusuales, a través de parafílias que todos, y si, digo todos, poseemos.Durante el desarrollo de la trama, se van desencadenando una variedad de parafílias que llenan a los protagonistas de obsesiones, que por ende, tienden a realizar de cualquier manera.¿Cuál es la diferencia entre el sexo y la parafília, si ambos llevan en sí mismo el goce de la “muerte chiquita”?Partiendo de que la historia transcurre años atrás, mucho antes de la existencia de Freud y su psicoanálisis, el sexo no era considerado algo anormal, y por lo tanto, la mayoría de las personas disfrutaban al ver a sus parejas realizar rituales para el goce sexual.Con la llegada de la nueva era, todo se transformaba en síntoma, la sexualidad misma lo era ahora, cuando antes se consideraba como un lujo entre las sociedades.La sexualidad es como una prostituta, una puta, de quien nos permitimos gozar.Tanta es la necesidad del humano de ser tocado y admirado, que la misma seducción se confabula del síntoma paranoico de la realidad, siendo una ventana para aparentar ser quien no se es cuando se tiene que ser.Considero que existe un grave trastorno de la personalidad en la protagonista al querer permanecer todo el tiempo con “su hombre”, en otras palabras, desear ser siempre penetrada para evitar el sufrimiento de la separación emocional.La mejor herramienta que poseemos para poder expresar nuestra falta de deseo, es seducir esa esencia que nos acaricia la imaginación, la fuente de toda parafília… el placer.